domingo, 9 de noviembre de 2008

BIB AZAHAR 14


LA NAVE DE LOS SUEÑOS
(A mi padre, Antonio Subires Antúnez)

Están dando las siete,
siete, de la madrugá,
Están llegando las gentes
a esa nave a embarcar.
Nave que transporta vidas
a otros mundos a explorar,
las que les reportan sueños
de triunfos y bienestar.

El piloto está esperando,
espera para embarcar
esas cajitas de sueños,
de ilusión y libertad.
De una ventana se observa
la nave su despegar,
una mirada la sigue,
la sigue con ansiedad.

En la revuelta (1) se oculta,
quedándose triste atrás,
surge de nuevo en la trocha,
luego se vuelve a ocultar.

Su alma revolotea
tratándola de alcanzar
a la nave de los sueños
de ilusión y libertad.

(1) nombre de la primera curva de la carretera

***

SOMBRA, SOLEDAD, SILENCIO

Cogiditos de la mano,
pasito a pasito lento,
de la mano cogiditos,
la soledad y el silencio.

Surge la sombra en la noche
que sale de su aposento,
las tres se funden en una,
soledad, sombra y silencio.

Sombra, compañera fiel,
siempre cerca de mi cuerpo,
la soledad y el silencio:
hoy me siento en compañía
de la sombra de mi cuerpo
y siento la soledad
de mi vida y en silencio.

Águeda Subires Palomo.

***



MI HERMOSO RÍO

Mi río, mi hermoso río,
¿qué fue de ti?
Deslizándote entre piedras,
bajabas serpenteando
entre eucaliptos y adelfas,
agua fresca, cristalina,
de un manantial de pureza,
a veces, aguas bravías,
a veces, calladas, quietas.

¿Qué fue de ti?, ¡Ay, mi río!
Y aquella niña salada,
que se bañaba en tus aguas
con la falda remangada,
con sus cabellos dorados,
llena de peces su cara,
naricilla respingona
y lunarcito en la barba.

¿Qué fue de ti?
Damas verdes cantarinas
saltaban sobre tus charcas,
y en tus noches de verano
pequeñas luces danzaban
al son de la melodía
que algunos grillos cantaban.

¿Qué fue de ti?, de ese río
donde la niña jugaba,
donde mojaba sus pies,
donde soñaba, soñaba.
****
Águeda Subires Palomo.